Con partículas inquietas en el aire
entraba esta noche…
mi tiempo de descanso.
Sutil energía cercana,
dominando mis fuerzas,
dio esperanzas a este decaimiento.
Ahí estabas…
alma misteriosa de luz y tiniebla.
Implícita, tu presencia,
me atrapó en la brisa.
Mágicas palabras, volcaste…
simples simplezas de tanta pureza.
De repente me hallé sonriendo,
en ausencia de un testigo para tanta belleza.
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